La ciudad de Budapest, dividida en dos por el río Danubio, ha sido desde que la visité por primera vez una de mis ciudades favoritas para visitar. En los últimos diez años ha sufrido una renovación completa, nuevas calles y plazas, limpieza y reconstrucción de edificios. Pensado, sobre todo, para que el turista que visita la ciudad, se lleve la mejor impresión posible de ella.
Budapest conserva la mayoría de los edificios de cuando era capital imperial, lo que le da un aire majestuoso y clásico. Pero, además de eso, la vieja Budapest postcomunista ha desaparecido para dejar una urbe, europea, moderna y también, muy barata para los españoles, si sabemos salir de los círculos turísticos.
Lo más básico dentro de Budapest, sería recorrer las orillas del Danubio, que dividen la ciudad en dos, Buda y Pest. Buda es la parte aristocrática, donde podemos encontrar, sobre una colina, los edificios que han formado parte de la clase dirigente, como el Palacio Real, El Bastión de los Pescadores y la iglesia de Mathias. Por el otro lado, en Pest, se encuentran los edificios administrativos y plazas, como el parlamento.
Por lo menos, tenemos que dedicarle dos días a la ciudad, si estamos hablando de una visita express.
Primer día:
- Los monumentos en la zona del Danubio son accesibles a pie. Una buena ruta es empezar por el parlamento, cuya cúpula está cubierta de pan de oro.
- Después seguir andando por el borde del Danubio hasta llegar a la escultura de zapatos de hierro que conmemoran el holocausto judio en la segunda guerra mundial. Cuando éstos eran fusilados y arrojados al río por los nazis. Obra de Gyula Pauer y Can Togay.
- Luego podemos cruzar el puente de las cadenas. Según cuentan, su arquitecto, que construyó uno de los primeros puentes colgantes del mundo, se suicidó cuando se dio cuenta que los leones que adornan el puente no eran perfectos, les faltaba la lengua.
- Al cruzar el puente, lo mejor es subir un poco a la derecha para encontrarnos con el Bastión de los Pescadores, que visto desde abajo es totalmente impresionante.
- Una vez subidos al bastión, nos encontraremos delante de la iglesia de Mathias, con su característico tejado.
Segundo día:
- Una de las grandes experiencias en Budapest es ir a los balnearios que te hacen sentirte como un emperador, entre las columnas de mármol y el diseño neogótico. Casi todo el mundo conoce el balneario Gellert, por su recinto interior, pero, el balneario Széchenyi es uno de los más grandes de Europa, con piscinas calientes exteriores que están abiertas incluso a la noche todo el año.
- Otra buena opción es pasear por las dos calles más importantes de la ciudad. Váci Utca, la calle comercial, y la Avenida Andrássy, donde se encuentran los majestuosos edificios de las embajadas y acaba en la Plaza de los Héroes.
- Un paseo por el Danubio en barco también es una actividad tranquila pero interesante y que ofrece unas vistas únicas de la ciudad.
- También podemos ir a ver la Sinagoga Judía de la ciudad, la segunda más grande del mundo después de la de Jerusalem.
- Como colofón, y para el que le guste, la ópera, tanto el edificio como la música son famosas y son dignas de mención para una noche redonda. Es una experiencia única.