Si os hablo del festival de música de Træna, probablemente nadie sepa, ni remotamente, de qué se trata. Incluso para los más «festivaleros» será todo un desconocido. Pero si os digo que «The Guardian» lo sitúa en el TOP 10 de festivales de música en Europa, probablemente lo empecéis a ver con otros ojos.
Noruega es uno de esos países que sorprenden a cada paso que das. El sur y el norte no tienen nada que ver entre sí, además, debido a su latitud extrema, el verano y el invierno nos ofrecen experiencias totalmente diferentes. Ya publiqué mi experiencia con las auroras boreales este pasado diciembre en el blog. Ahora, el verano trae consigo, un clima mucho más suave, y el famoso sol de media noche, probablemente una de las experiencias más mágicas de las que se pueden disfrutar en Noruega.
El festival de Træna, tiene luegar en la isla de Træna, al noroeste de Noruega. Un lugar de difícil acceso, que sería el único punto negativo de este festival. Desde Madrid, necesitaremos coger un vuelo a Oslo, y de allí a Bodo, donde hay ferris regulares a Træna. Eso sí, el viaje es largo, hay que armarse de paciencia. Además Bodø se trata de un puerto de salida de muchos de los ferris que van a los fiordos, por lo que en verano los vuelos, están saturados de turistas.
En el aspecto musical, se dice que el festival de Træna es el lugar perfecto para descubrir nuevos grupos y estilos musicales que están muy lejos de la música comercial, pero que podrían llegar a serlo en algún momento. Si vais a acudir, lo mejor es revisar antes los grupos que van a asistir, pero os adelanto que no vais a conocer ninguno. Lo que tenéis garantizado es que durante tres días, podréis disfrutar de todos los estilos musicales, desde el rap, al folk hasta el Death metal, originario de Noruega.
Además de la música, hay tres aspectos que hacen de este festival algo único. El primero es el paisaje que dan las islas en medio del Atlántico, un marco incomparable que quita el aliento. El segundo son los conciertos durante el día en la isla de Sanna que se celebran dentro de una cueva natural, con una acústica increíble. El tercero es poder disfrutar de la música con el sol de media noche, es decir, en realidad tenemos luz solar prácticamente 24h del día, no hay en ningún momento oscuridad total. Poder ver el sol a la una de la mañana, mientras escuchamos música al aire libre, es una experiencia única.
Como consejo práctico, es que seguimos estando en el norte de Europa, la ropa de abrigo es imprescindible. Lo mejor, ropa de montaña y muchas capas, además de unas buenas botas. El lugar de acampada es amplio, pero precisamente no tiene el mejor suelo para instalar la tienda. Es mejor huir de las zonas con mejor terreno cerca del festival, ya que también son donde suele estar la gente más «pasada», que se cae sobre las tiendas cuando el alcohol empieza a hacer estragos, así que si queremos descansar, lo mejor es alejarse un poco.
En resumen, te gusten los festivales o no, este es uno de los más curiosos que puedes encontrar. Una experiencia tan única, suple completamente el esfuerzo que hay que hacer para llegar hasta allí.